El mes de septiembre comenzó con la publicación de un artículo científico de título prometedor, algo así como ¿Son los alimentos orgánicos más seguros o más sanos que las alternativas convencionales? Una revisión sistemática. El objetivo del mismo era revisar las evidencias comparando los efectos para la salud de los alimentos orgánicos y convencionales. Para ello se analizaban estudios, escritos en inglés, que hablasen del tema. Del trabajo se obtienen dos conclusiones básicas, algo así como que:
- la literatura científica carecía de evidencias sólidas de que los alimentos orgánicos fueran significativamente más nutritivos que los alimentos convencionales, y
- el consumo de alimentos orgánicos puede reducir la exposición a restos de pesticidas y bacterias resistentes a antibióticos.
Parece ser que el artículo no define qué entiende por «significativamente más nutritivo». Por lo que la primera conclusión no parece muy científica y, quizá, queda fuera del alcance del estudio. Es más, existen investigaciones que demuestran, por ejemplo, una mayor concentración de vitaminas en productos procedentes de la agricultura orgánica. Así las cosas, dado que lo que se estudiaba era si los alimentos orgánicos son mejores para la salud de las personas que los convencionales, podríamos centrarnos en la segunda conclusión, la que habla de que la alimentación con productos orgánicos reduce la exposición del consumidor a sustancias tóxicas y peligrosas para su salud.
Por cierto, en el contexto europeo, ecológico y esotérico no es lo mismo. Para la protección del consumidor, contamos con una interesante normativa de producción ecológica, cuyos objetivos, copiados directamente del reglamento, son:
- Asegurar un sistema viable de gestión agrario que:
– Respete los sistemas y los ciclos naturales y preserve y mejore la salud del suelo, el agua, las plantas y los animales y el equilibrio entre ellos,
– Contribuya a alcanzar un alto grado de biodiversidad,
– Haga un uso responsable de la energía y de los recursos naturales como el agua, el suelo, las materias orgánicas y el aire,
– Cumpla rigurosas normas de bienestar animal y responda a las necesidades de comportamiento propias de cada especie;
- Obtener productos de alta calidad;
- Obtener una amplia variedad de alimentos y otros productos agrícolas que respondan a la demanda de los consumidores de productos obtenidos mediante procesos que no dañen el medio ambiente, la salud humana, la salud y el bienestar de los animales ni la salud de las plantas.
Lo dicho, ecológico es mejor para tu salud, la del sistema agrario y la de los ecosistemas naturales. Está científicamente demostrado y convenientemente legislado. Y el que opine lo contrario que defina qué entiende por nutritivo y haga un estudio al respecto. En cualquier caso, hay buenas razones para consumir productos orgánicos, con independencia de su capacidad nutritiva.
2 respuestas a «Defina nutritivo.»
Con la agricultura ecológica tenemos un «problema del primer mundo»: si todo fuera ecológico la producción mundial de alimentos caería estrepitosamente. Ahora sobra y especulan, pues si se reduce la producción no quiero ni pensar en lo que sucedería.
Por otro lado, si no existen diferencias nutricionales entre unos y otros, por mucho que las busquen no las van a encontrar y la coletilla «hay que seguir investigando» (que ya ha sido objeto de duras críticas por la Royal Society por el clavo ardiendo que deja a los pseudocientífcos) es tomada como un «las hay, pero no las encontramos» por muchos.
Y por último, el reglamento que regula la agricultura ecológica tiene agujeros que harían bien en solucionar ¿es ecológico un aceite que cumple toda la normativa pero luego se exporta a Noruega, Estados Unidos, Shanghai o Hong Kong?
Buenas Txema.
Desde mi particular punto de vista, la agricultura convencional está abocada al fracaso, ya que depende totalmente de las reservas de petroleo en todos sus procesos: desde la producción de fertilizantes nitrogenados a las cosechadoras. El modelo es posible mientras el petróleo siga siendo barato. ¿Qué comeremos cuando nos quedemos sin petróleo?
Efectivamente, en el primer mundo tenemos un problema: dependemos de alimentos producidos en monocultivos explotados intensiva e insosteniblemente por empresas que especulan a futuro con esos alimentos como si fuesen bienes intangibles. Alimentos que, en muchas ocasiones se producen para acabar en el cubo de la basura, tema que también tiene su miga. Curiosamente, según la ONU, la aplicación de técnicas de agricultura ecológica podría aumentar la producción de alimentos donde más falta hace.
Lo cierto es que sí existen diferencias nutricionales, evidenciadas, por ejemplo, en el trabajo que cito en la entrada, que hablan de una peor capacidad nutricional de la producción agrícola convencional. Eso por no hablar de las afecciones a la salud, ampliamente documentadas (incluyendo el artículo que da origen a esta discusión), de los productos empleados en la agricultura convencional. En cuanto a si se debe seguir investigando el asunto o no, entraríamos en un terreno bastante peligroso, especialmente cuando el problema puede estar, especialmente cuando citamos fuentes anglosajonas, en el juego semántico que traza una frontera entre lo ecológico y lo esotérico.
Y por supuesto que es mucho más ecológico un aceite ecológico enviado a Hong Kong que un aceite convencional enviado a Hong Kong. Una cosa es la producción agraria ecológica y otra la comercialización o la gestión del servicio de distribución, que seguro que también puede hacerse de formas con distinto grado de impacto.