Constituyen la hoja de ruta a seguir hasta 2030, adoptada el 25 de septiembre de 2015 por Naciones Unidas, como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todas las personas.
Durante 2017 se ha hablado mucho de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), parece que se han ido colando en la agenda de comunicación y, con dos años de retraso, se han dado a conocer. La clave ahora es ¿cómo trabajamos para hacerlos realidad? ¿Qué tenemos que hacer para conseguir que las metas en las que se dividen se alcancen antes de 2030?
Conseguir un modelo de desarrollo sostenible, el que nos dibujan los ODS, depende de que cada uno haga su parte: los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y, en nuestro ámbito de actuación, las personas como tú y yo.
Comunicar y conocer los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Como personas individuales son muchas las cosas que podemos hacer. Fundamentalmente conocer los Objetivos de Desarrollo Sostenible y tratar de aplicar en nuestro día a día las recomendaciones y los gestos que nos ayuden a construir un mundo mejor, empezando por nuestro modelo de consumo.
En este ámbito de actuación podemos aplicar la facilidad con la que compartimos contenidos e imágenes en nuestras redes sociales para dar a conocer a otras personas de nuestro entorno los Objetivos de Desarrollo Sostenible. A parte del material de Naciones Unidas que he enlazado más arriba, hay otras organizaciones creando contenidos interesantes.
Por ejemplo, Cruz Roja tiene en marcha la campaña «imágenes sin derechos» (con las que ilustro esta entrada) para fomentar el conocimiento sobre los ODS y desarrollar acciones de sensibilización, movilización social, diplomacia humanitaria y educación para un desarrollo humano sostenible que fomenten una Ciudadanía Global promotora de la justicia social, la paz y la equidad.
Pone a disposición de quienes quieran utilizarlas para sensibilizar, dar a conocer, movilizar, exigir o visibilizar los Objetivos de Desarrollo Sostenible imágenes con las que ilustrar cada uno de ellos.
Las empresas del sector privado
La actuación de las personas está limitada por lo que las empresas permiten hacer a los profesionales y por las características de los bienes y servicios que el sector privado pone a disposición de los consumidores.
La forma de hacer en las organizaciones, desde grandes corporaciones multinacionales a pequeñas empresas locales, determinará que se alcancen o no los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Quizá muchas empresas están perdidas ante la magnitud de este desafío, pero avanzar en sostenibilidad es mucho más sencillo de lo que parece. Basta con evitar el greenwashing y centrarse en el modelo de negocio.
No es necesario que cada empresa resuelva por sí misma cada uno de los ODS. Ni tampoco hace falta caer en grandes e inalcanzables compromisos. Basta con revisar como el objeto social de cada organización puede incidir sobre las metas definidas y tratar de contribuir con la consecución de las que realmente encajen con la actividad de la organización.
El riesgo está en que las empresas adopten compromisos para darse visibilidad sin una contribución real al desarrollo sostenible. Evitarlo depende de que cuenten con profesionales con herramientas para llevar los ODS a los modelos de negocio y producción, así como con capacidad de comunicar hechos significativos más allá de la propaganda comercial.
Los gobiernos
Aquí tampoco hablamos de entidades etéreas. Las personas en las que delegamos la toma de decisiones tienen la responsabilidad de orientarlas dentro del marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Son muchos los frentes abiertos, pero lo bueno es que las metas y los plazos están claros. Sabemos lo que queremos y lo queremos para 2030.
Por eso no podemos dejar de reclamar políticas concretas que establezcan como, en cada ámbito de influencia, los gobiernos van a contribuir a alcanzar los ODS. Quizá los responsables de agricultura y alimentación de un país no tengan en su mano la solución para el hambre en el mundo, pero sí pueden establecer políticas que contribuyan a metas concretas sobre la conservación del suelo fértil en su territorio y la nutrición de sus habitantes.
Los ODS deberían marcar especialmente la actuación de los gobiernos en materia educativa. No podemos perder de vista el horizonte temporal. En 2030 muchos de los que escribimos ahora sobre sostenibilidad estaremos al final de nuestra vida laboral. Bastantes de los que trabajan ahora en la materia habrán quedado excluidos del mercado de trabajo y algunos habrán superado la esperanza de vida media.
Es necesario que las personas que comienzan su vida adulta conozcan y puedan tomar decisiones en base a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Desde los criterios de consumo individual hasta el enfoque de sus carreras profesionales debería estar marcado por las metas a alcanzar en 2030. Las chicas y los chicos que ahora mismo cursan enseñanza secundaria y estudios universitarios son las personas que van a tener el peso de la carga de trabajo y los procesos de toma de decisiones en 2030.
No podemos dejar que la consecución de los objetivos repose sobre los hombros cansados de personas que están pensando en su jubilación o en la forma más cómoda de retirarse del mercado de trabajo. Debemos incorporar su conocimiento y experiencia para que quienes vienen detrás puedan lograr unos objetivos y unas metas que son necesarias porque anteriormente no hemos sido capaces de ver la urgencia del desarrollo sostenible.
Queda mucho por hacer, pero tenemos entre manos la responsabilidad de ser la primera generación que puede acabar con la pobreza global y la última generación capaz de prevenir las peores consecuencias del calentamiento antes de que sea demasiado tarde.
¿Cogemos el toro por los cuernos?
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Imágenes de:
Mónica Torres, Ester Dus, Mónica Torres, Germán Caballero Martí
2 respuestas a «¿Por dónde cogemos los Objetivos de Desarrollo Sostenible?»
Excelente y superclaro el contenido de este post. Como tantos otros conceptos, ocurre que, de tan manidos, no se acaba de saber qué significan y cómo concretar los cambios para alcanzarlos. Y lo peor que puede pasar es que queden como un ente abstracto al que no se hace caso o que llega a cansar. Esto ocurre en mi entorno con la sostenibilidad, por ejemplo.
Hay que seguir empujando sin desfallecer y tus artículos nos inspiran y ayudan a much@s.
Gracias Alberto. ?
Gracias por tu comentario Àngels.