¿Se acuerdan de las abusivas condiciones hipotecarias impuestas por las entidades financieras, entre las que encontramos las clausulas suelo? ¿Se acuerdan que acabaron reconociéndose como una mala práctica y que se tomaron medidas para resolver el problema y reparar el daño causado a los afectados? ¿Qué pensarían si su banco (quizá anteriormente caja de ahorros rescatada con dinero público) le reconociese que le estafó unos miles de euros y le propone devolvérselos en billetes del Monopoly?
Pues eso, señoras y señores, es lo que está pasando con los hipotecados que fueron afectados por las clausulas suelo. Sí. En cumplimiento de la legislación vigente, las entidades financieras han habilitado un procedimiento para que los clientes reclamen el importe cobrado indebidamente. Y sí, las entidades financieras responden:
- Si usted consiguió librarse de su hipoteca la respuesta estandarizada es rotundo “verdes las han segado”. Vamos, que no estamos dispuestos a soltar la tela. Si te interesa inicia el proceso judicial, que nosotros entendemos que te informamos muy bien cuando te colamos la cláusula suelo y sabías a lo que venías. ¿Acaso no firmaste la hipoteca? Pues listo y a otra cosa.
- Si usted sigue teniendo una deuda adquirida con su entidad bancaria la respuesta es un, claro que sí, tiene razón, le estamos estafando. Calculan una cantidad más o menos generosa y ofrecen una facilidad muy interesante para su cobro: amortizar en la letra que religiosamente paga y seguirá pagando la persona hipotecada durante los años venideros. ¿Algún problema?
Por supuesto que sí. En estos años, aparte de conseguir demostrar que la cláusula suelo era abusiva, estamos viendo que el precio de la vivienda estaba artificialmente inflado. Ningún piso cuya hipoteca se vio afectada por estas condiciones abusivas vale lo que refleja la deuda hipotecaria que mantiene con el banco que, seguramente, también tasó el piso.
Cinco, diez… quince años después tenemos una gran parte de la población pagando por su piso un precio que ya no vale. Incluso pagando una deuda que no podría saldar si pusiese su vivienda a la venta. Pero su entidad financiera, muy generosamente, reconoce que la hipoteca tiene una cláusula abusiva –la cláusula suelo- y accede, con muy buena voluntad, a cambiar la cantidad cobrada en ese concepto por una pequeña parte de la deuda.
Una deuda basada en una tasación inflada de un bien que ya no vale esa cantidad que estás pagando. Y son lentejas. Porque el banco cumple con la sesuda legislación que elaborada con ayuda de los amos y señores de las puertas giratorias. Te pagan con dinero de mentira la estafa por la que cada mes se llevan una buena parte de la nómina que tú, querido hipotecado, tienes que sudar día a día porque no tienes una maquinita de imprimir billetes de juguete.
Y todos contentos: estos acuerdos reducen la carga al sistema judicial, evitan que te plantees por qué tu hipoteca no habla de la dación en pago como forma de resolver la deuda, consiguen que tu abuela tenga un argumento para reafirmarse en las verdades patrocinadas que ve en televisón…
Y no, no es un atraco, es el mercado. Un mercado roto, que no funciona y que se mantiene en una burbuja que perdió un poco de aire pero todavía no nos ha reventado. El día que lo haga… que os pille con la hipoteca pagada.