A pesar de que trato de ser coherente y reducir al máximo mi impacto ambiental, hay determinados pecados que sigo cometiendo. Uno de ellos son las pajitas de plástico. Sí… confieso que, en ocasiones, utilizo pajitas de plástico.
Fuera de casa, en verano para el granizado de limón, uno de esos placeres terrenales en los que caigo año tras año… sumando cerca de una docena de pajitas de plástico al año.
Pero también en casa. A mi favor argumentaré que si el pediatra de atención temprana te dice que sorber con pajita y hacer burbujas ayuda a que los pequeños desarrollen los músculos del aparato fonador no hay más que hablar: pajitas para los niños. Y lo que más a mano queda en el supermercado son las pajitas de plástico de un solo uso, con todo lo que implican de despilfarro de materias primas y generación de residuos difícilmente reciclables.
Este verano he descubierto una alternativa: las pajitas comestibles de Sorbos. Un paso interesante en la sostenibilidad de las pajitas para bebidas. Nada de plásticos biodegradables, directamente una golosina que puedes comer al terminar tu refresco. La ventaja es evidente: la pajita no deja residuos después de su uso. Pero si no te la comes alguien en la naturaleza podrá hacerlo por ti.
A diferencia de los plásticos convencionales, cuyos polímeros artificiales no se descomponen, por lo que sus residuos se degradan durante miles de años dando lugar a microplásticos que acaban en la cadena alimentaria, los materiales comestibles pueden ser procesados por los seres vivos.
Los materiales comestibles también suponen una ventaja sobre los plásticos biodegradables, que muchas veces sólo lo son en unas condiciones de laboratorio tan concretas que no se dan en los ecosistemas donde acaban abandonados los plásticos, por lo que no llegan a ser degradados por los seres vivos.
Las pajitas de Sorbos muestran un camino interesante. Especialmente para el público objetivo al que van dirigidas. Son ideales para su consumo en cócteles y demás bebidas de celebración que suelen servirse con algún adorno plástico inservible. En este caso la pajita, además de servir para remover o beber pausadamente, contribuye a aromatizar los sorbos y aporta un final agradable para el trago.
Las pajitas se hacen en varios sabores, limón, fresa, manzana, canela, jengibre, lima… que puedes elegir para acompañar a distintas bebidas. La textura y sabor es similar al de esas pastillas de caramelo que no faltan en los paquetes de cumpleaños de los niños y que, personalmente, era una de las chucherías favoritas en mi infancia.
A pesar de las ventajas ambientales de las pajitas comestibles tienen dos líneas de trabajo a mejorar:
- Una relativa a los aditivos de las pajitas. Su composición es similar a la de muchas de las chucherías que podemos encontrar en las confiterías… incluyendo los colorantes. El problema es que incluyen E 129, un colorante presente en gran cantidad de golosinas de color rojo, pero sospechoso de tener,como se avisa en el etiquetado de las pajitas Sorbos, efectos negativos sobre la actividad y la atención de los niños.
- Los sobres individuales para cada pajita. Vienen en papel plastificado, supongo que por alguna exigencia higiénico – sanitaria. La cantidad de plástico es mínimo e implica una reducción muy significativa, tanto como para ser una buena alternativa a las pajitas de plástico, y como para recomendar que, para optimizar la gestión del residuo, el sobre individual se deposite en el contenedor de papel y cartón.
Las pajitas comestibles son una alternativa interesante para reducir el impacto de un residuo tan difícil de recuperar y reciclar como son las pajitas de plástico. Especialmente para el uso en coctelería al que están dirigidos. Ilustran un camino a seguir para evitar los plásticos en un utensilio tan empleado en bares y cafeterías, que podría ser imitado en otros elementos como los agitadores, las sombrillitas y demás adornos o accesorios plásticos que, normalmente, aportan poco o muy como a la bebida y mucho impacto al planeta.
4 respuestas a «Sorbos con pajitas comestibles»
Hola Alberto,
¿Has probado a usar pajitas de acero inoxidable? No sólo te permiten reutilizarlas infinitamente, sino también olvidarte de comprar tanto las de plástico como las comestibles cada vez que las acabes, con el consiguiente ahorro. Yo compré las mías aquí: . Es una empresa española, concretamente con sede en Bilbao, y sus pedidos los envían con embalaje de papel y cartón, nada de plástico.
No obstante, debo reconocer que me ha resultado curioso esto de las pajitas comestibles, no las conocía.
Un saludo
Gracias por tu sugerencia Belén, no las he probado todavía.
Me las apunto.
Hola
Hice una reacción severa alérgica a una pajita comestible de lima, en bordeaux, fecha 12 de septiembre, la pajita me pareció deliciosa y me la comí toda con un gin tonic con pepino, los otros alimentos los he consumido sin previas alergias, es importante conocer si hay descritos episodios de alergia, urticaria o anafilaxia, también es necesario saber todos los componentes de la pajita, dado que debo evitar nueva exposición a los componentes
gracias
Gracias por tu visita y comentario Claudia,
Efectivamente, sería importante que se estudiasen los casos como el tuyo y que se puedan saber los componentes para evitar situaciones como la que indicas, ya que cualquier producto comestible debería serlo en condiciones de seguridad para quienes lo consumen.
Lamento tu experiencia y espero que se quedase en un susto.
Saludos,
Alberto.