Los datos nos rodean, vivimos inmersos en datos: big data, open data… la capacidad de generar, almacenar y procesar datos crece sin parar de mano de la generalización del uso de aplicaciones tecnológicas que hacen posible la captura de esos datos y su análisis.
La información es poder. Cada vez más. Nuestros teléfonos móviles le cuentan a los proveedores de servicios de telefonía, desarrolladores de aplicaciones, anunciantes… mucha información sobre nuestros hábitos diarios. Información que queda en servidores privados a los que no tenemos acceso y a los que –si fuésemos conscientes de lo que se puede hacer con esos datos- tampoco nos gustaría que otros tuviesen acceso.
Con las necesarias precauciones relativas a la privacidad e intimidad de las personas y otros asuntos sensibles, el acceso a datos es interesante en distintos ámbitos:
- Equipos de investigación que podrían emplearlos en distintas líneas de trabajo, generando innovaciones a partir de la información disponible.
- Puede favorecer el desarrollo de modelos de negocio basados en la utilización de esos datos para conseguir nuevos productos y servicios.
- A nivel individual permitiría la participación informada en los procesos de toma de decisiones.
En este contexto, diversas partes interesadas (la propia comunidad académica, la industria, las agencias financiadoras y los editores académicos) se han unido para diseñar y apoyar un conjunto de principios: los Principios Rectores FAIR para la gestión y administración de datos científicos, como una respuesta a la necesidad de mejorar la infraestructura que apoya la reutilización de datos académicos.
Un paso interesante para la investigación científica, favoreciendo que los datos se puedan compartir, comunicar con claridad y aplicar fácilmente. Su extensión a otros ámbitos permitirá que distintos agentes puedan utilizarlos, explorando la potencialidad de los datos para maximizar los beneficios que se pueden obtener del estudio y aplicación de los mismos.
Pero, ¿qué es FAIR data? El acrónimo agrupa los cuatro principios que le dan significado, referidos a cualidades precisas y medibles que debería tener toda publicación formal de datos:
- Findable: se pueden encontrar, para lo que se acompañan de metadatos que identifican, describen y permiten localizar los datos.
- Accessible: son accesibles, porque pueden recuperarse mediante protocolos estandarizados de comunicación y los metadatos persisten aun cuando los datos dejen de estar disponibles.
- Interoperable: son interoperables, esto es, se presentan de forma que resultan aplicables e incluyen referencias a otros datos
- Reusable: se pueden reutilizar, porque queda clara la procedencia de los datos y las condiciones de su reutilización.
El interés de la aplicación de estos principios se refleja en su incorporación en el Programa Horizonte 2020 de Investigación e Innovación de la Unión Europea. Con el lema “tan abierto como sea posible, tan cerrado como sea necesario”, se busca equilibrar la apertura de los datos con la protección de la información científica, los derechos de comercialización y propiedad intelectual, la privacidad, la seguridad y cuestiones relativas a la conservación y gestión de los datos.
El reto será trasladar estos principios desde el ámbito académico al resto de áreas de trabajo con datos, de modo que podamos disponer de información mejor y mayor capacidad para contrastar las noticias basadas en datos.
Más información en:
Environmental FAIR data: jugar limpio con la información ambiental.