¿Tenemos que alegrarnos cada vez que se nos dice que han aumentado los datos de reciclaje? Es una pregunta que me ronda por la cabeza de un tiempo a esta parte y hoy quería compartir en el blog ¿Me acompañas en esta reflexión en voz alta?
Cada vez son más las campañas que nos hablan de los beneficios del reciclaje de envases. Y, efectivamente, frente a la opción de abandonarlos a su suerte, dejarlos ensuciando nuestras ciudades o contaminando durante siglos nuestros campos, ríos, lagos, mares y océanos, el reciclaje es una buena opción.
Reciclarlos también es preferible, en términos económicos y ambientales, a depositarlos en vertederos o eliminarlos en incineradoras. El plástico presente en la inmensa mayoría de nuestros envases procede de petróleo extraído en otros lugares del mundo desde los que hay que importarlo, transportarlo, procesarlo… sí, mejor reciclarlo que enterrarlo o quemarlo emitiendo gases de efecto invernadero.
La cuestión es que tanto los plásticos como los metales son materiales que podríamos valorizar de muchas formas distintas. El reciclaje es una opción cómoda, sobre todo, para el fabricante. Si diseña un envase de usar y tirar no tiene que preocuparse de cómo rescatarlo para su reutilización.
Actualmente, la recogida selectiva mezcla todos los envases en un contenedor amarillo, los lleva a una planta de clasificación y rescata lo que buenamente pueda. Entre un 40 y un 70% según una estimación rápida que cualquiera puede hacer con los datos oficiales de la Comunidad de Madrid. Así pues, la recogida selectiva de envases de un sólo uso no acaba con la necesidad de vertederos e incineradoras, dejando una parte importante de los envases sin reciclar y sin ofrecer otras opciones de valorización.
Pero con los materiales recuperados difícilmente se pueden volver a fabricar los mismos envases de los que proceden. Una vez mezclados, los plásticos de distinta composición dan lugar a materiales de calidad y características diferentes. Podemos utilizar el plástico procedente del reciclaje para fabricar mobiliario urbano, pero ¿podemos utilizarlo para volver a hacer film transparente o botellas?
Parece que a pesar de presentarse como respetuoso con el medio ambiente y sostenible, el modelo de envases de usar y tirar genera una demanda creciente de materias primas para seguir fabricando esos envases, a la vez que provoca la necesidad de buscar aplicaciones para el material procedente del reciclaje parcial de sus residuos.
Tampoco podemos olvidarnos de una sociedad cada vez más concienciada con las repercusiones sociales, ambientales y económicas de su forma de consumir. Personas que se cuestionan si deben dejar sus ingresos en manos de corporaciones sin rostro que los utilizarán para especular, o si es mejor acudir al consumo de proximidad: comprar los alimentos a sus vecinos, con quienes pueden charlar y a los que ven cómo cultivan la tierra, con los que pueden debatir sobre qué fitosanitarios aplican en los cultivos y a los que pueden pedirles que les entreguen las legumbres, encurtidos o frutas vendidas a granel en envases reutilizables que traen de sus propias casas.
Si los consumidores rechazamos el envase de usar y tirar por, entre otros, motivos ambientales, la industria del envase de un sólo uso responde intentando tranquilizar nuestras conciencias, intentando convencernos de que 9 de cada 10 latas se reciclan (eso sí, sin decirnos en qué datos se basa tal afirmación).
Una sociedad más sostenible no quiere comprar productos en envase reciclable: busca reducir su impacto utilizando menos envases . El problema de las latas de refresco es que son envases de usar y tirar: diseñados para que la única opción de valorización posible sea el reciclaje. Las que no entran por esta vía se pierden, en el mejor de los casos, en el vertedero.
Así pues, salvo que tu modelo de negocio dependa de que cada vez se pongan más envases en el mercado, de que cada vez se generen más residuos, de que se reciclen cada vez más residuos de envases o de una combinación de las anteriores, se me ocurren pocos motivos para desear que siga aumentando el dato del reciclaje.
Y sí, cabe matizar esta entrada diciendo que lo deseable es mejorar las tasas de reciclaje: la comparación entre el número de envases que se pone en el mercado y la cantidad de los mismos que efectivamente se recicla. Estoy totalmente de acuerdo. Ojala algún día podamos conocer esos datos, su evolución y cómo se relaciona la tasa de reciclaje con otras opciones de valorización.
6 respuestas a «Para reciclar más necesitamos más envases de usar y tirar.»
[…] Para reciclar más necesitamos más envases de usar y tirar […]
Tampoco sabemos cual es el costo ambiental del reciclaje. Muchas personas creen que hacen un gran aporte ambiental separando residuos y llevandolos a un punto de reciclaje. No toman en cuenta que todo lo que se recicla es materia prima que se ha extraido de la tierra y que la mayoria de las veces ya no podrá ser devuelta a la tierra. Ni muchos otros costos ambientales asociados al reciclaje. Finalmente todo lo que se recicla algún dia terminará en un vertedero. Una sociedad más sustentable es la que necesita reciclar menos.
Efectivamente Maureen,
Reciclamos porque el material ya fue extraído en alguna parte, lo ideal es reducir esas extracciones y evitar la eliminación en vertederos o incineradoras. Lo sostenible, como dices, sería generar menos residuos para necesitar reciclar menos.
Gracias por tu visita y comentario.
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[…] envases de usar y tirar, más producción ecológica y local. Todo eso amenaza los intereses y el modelo de negocio de ecoembes. Su respuesta, en vez de dotar nuestras ciudades de más y mejores recursos para la recogida de […]