No, que yo sepa todavía no han inventado el remedio para dejar de sufrir de úlcera con el posuteo pre electoral. Seguiremos teniendo que aguantar a los políticos que nos dejaron tirados a mitad de legislatura y que se presentan como remedio para garantizar la estabilidad del mundo tal y como lo conocemos (a la vista de que el segundo de su lista, al que dejaron gobernándonos sin comerlo ni beberlo, no tenía nada que hacer ante las urnas). Y oposiciones que no son capaces de plantear una alternativa. Y alternativas que tienen difícil conseguir un resultado que permita cambios… y todo lo demás.
Por lo visto, tampoco han inventado la vacuna contra la corrupción, clientelismo, servilismo y otros males que aquejan cualquier candidato ¿Acaso los partidos políticos no tienen afiliados que estén libres de sospecha? ¿ninguna persona normal y corriente, trabajadora de toda la vida, sin relaciones con la mafia, practica la política?
El caso es que esta vez quería vomitar mi mal estar con el calendario de vacunación infantil. Quizá con cómo se juega con todo el sistema sanitario e incluso con todos los servicios públicos y derechos sociales. Pero para muestra me quedo con el Prevenar, la vacuna del neumococo. Podría haber elegido cualquier otra, o la prueba del talón, pero ayer me tropecé con la imagen que ilustra esta entrada y es la que toca.
Resulta que según la fecha y el lugar de nacimiento de tus hijos dentro de la geografía Española el neumococo es una amenaza o no para su salud. Si nació en Madrid en época de vacas gordas, o mientras intentábamos disimular la crisis, se le vacunaba sin problemas. Pero quizá nació justo cuando dejamos de atar los perros de la gente de a pié con longanizas y empezamos a recortar derechos sociales. Entonces si querías permitirte el capricho de vacunar a tus retoños con Prevenar tenías que rascarte el bolsillo. Casi 80 euros la dosis, que le puedes sumar a los setenta euracos del Rotateq, la vacuna del rotavirus que también se la pones a tus niños si te quieres dar ese lujo.
Ahora llegamos al año electoral. Y como el tema de las vacunas infantiles nos lo han criticado hasta desde la Unión Europea, qué mejor que darles un lujo a los papás de niños españoles nacidos en 2015: Prevenar gratis para todos. Eso sí sólo tres de las cuatro dosis recomendadas: en vez de gastarte trescientos y pico euros por niño en la vacuna ya sólo te gastas setenta y tantos.
Desde 2012 a enero de 2015 la sanidad madrileña ha cambiado de criterio (si se vacuna, no se vacuna, sí se vacuna) sobre la salud de los niños con la única variable de los tiempos electorales. Los que toman las decisiones pasan de ser reelegidos para hacer lo que les dé la gana a estar cerca de unas elecciones complicadas.
No sé, quizá sea que soy un poco cascarrabias, pero estoy muy cansado de estas cosas. No me parece sostenible jugar a ahorrar unos euros en cosas importantes cuando el dinero se nos va por otra parte. O retirar una vacuna que a medio plazo va a generar más coste sanitario por atención de pacientes enfermos. A pesar de que dicen que los hay, no he visto que las cuentas institucionales en las redes sociales del partido político en el gobierno o de la Administración competente estén distribuyendo los informes económicos o los estudios sanitarios que justifican la retirada y vuelta de las vacunas.
La buena noticia es que la proximidad de la cita con las urnas unifica el calendario de vacunas en todo el territorio nacional, la duda es si será por mucho tiempo o si después de las reelecciones la vacuna del neumococo volverá a ser un producto de lujo al alcance de unos cuantos privilegiados.
2 respuestas a «Vacunación electoralista»
Tienes más razón que un santo.
Con la salud no se debe jugar. Todo ahorro en medicina preventiva es pan para hoy y hambre para mañana.
Pero a corto plazo, a algún político le salen unas cuentas «arreglás» y se pone una medallita de reducción del déficit a costa de nuestra salud.
Es lamentable que nuestros políticos crean que al llegar el año electoral nos dan un «regalito» y pelillos a la mar.
Cuanta falta hacen políticos honestos, éticos, serios, con formación, eficaces, con criterio, dispuestos a hacer bien las cosas, sin mirar si es «de derechas» o «de izquierdas» lo que hay que hacer.
Políticos a los que pueda merecer la pena votar de vez en cuando.
Y no la clase política habitual, acostumbrada a aprovecharse de los de abajo tras cada nueva elección.
Ojalá la entrada de nuevos políticos remueva las aguas podridas de los partidos políticos de siempre y algo empiece a cambiar en este país.
Necesitamos un país serio, donde las cosas funcionen. Y si hay un corrupto (que en todas partes los hay) que pague con creces su corrupción. Ser un sinvergüenza tiene que salir caro; y desgraciadamente, en este momento a unos cuantos casi les sale gratis (y encima no devuelven lo robado o aprovechado).
Salud compañero.
Muchas gracias por tu comentario José Luis,
A ver si es verdad que van cambiando algo las cosas y empezamos a reducir la corrupción y sus consecuencias.
Quizá con lo que nos ahorrásemos en corruptos salíamos de la crisis y empezábamos a hacer bien otras cosas.
De momento, si no hablamos más de ella, la corrupción sigue saliendo gratis.
Salud.