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Copia de seguridad, es copia de seguridad.

No es que me creyese tan guapo y tan listo que no me pudiese pasar, es que pasó demasiado rápido y con demasiada frecuencia. El año 2010 fue fatídico para mis archivos informáticos. Un par de fallos o tres me llevaron a perder un montón de trabajo e información almacenados en soporte digital. El primer impacto lo amortiguó, en cierto modo, un disco duro para copias de seguridad. Sí, solía tener un disco duro  externo en el que iba duplicando las cosas que merecían la pena. Nunca sabe uno cuando le va a dar al ordenador por hacerte una jugarreta, así que conviene estar prevenido. En ese mismo disco tenía, ordenadita por fecha de caída, una galería de fotos. Las fotos de media vida.

El segundo impacto no tuvo solución posible. El propio disco duro decidió jugarme una mala pasada y lo consiguió. Nada preocupante, para la mayoría de trabajos e información que estaban guardados en alguna otra parte, a la que tocaría ir a buscarlos. Pero todo un dramón para la galería de fotos. Todas las imágenes en formato digital de una vida desaparecidas por alguna jugarreta electromagnética. Años de cargar con una cámara por instalaciones de gestión de residuos, de paseo por Madrid, por los alrededores, o un poco más lejos… gigas de información perdidas en el limbo… ¿Será el mismo limbo al que van todos esos correos electrónicos que envías y nadie recibe?

¡¿Todas?! todas no, algunas, fundamentalmente las de eventos especiales, habían ido parar a algún cd o, más recientemente, a algún dvd. Mis apuntes de informático forense aficionado me permitieron rescatar algo, que lleva tiempo pendiente de ser clasificado. Pero búsquedas recientes entre los escombros, de la que fuese mi quería galería de fotos, parecen indicar que las recuperaciones del principiante no han dado tan buen resultado. El caso es que me han pedido una foto de mi persona (nueva, la de siempre ya empieza a estar muy vista y la de la sopa de letras con mi nombre no pega) para un perfil en internet y no aparece ninguna en condiciones. Confiaba en encontrar alguna decente entre los restos de aquel disco duro maldito… ya se sabe que en cualquier tiempo pasado la alopecia nos trataba mejor. Pero entre la manía de salir de espaldas, la costumbre de posar haciendo el chorra y una nefasta gestión de las copias de seguridad, no  me va a quedar otra que quitarme el pijama, peinarme y afeitarme… que hubiese sido lo más rápido y nos habría evitado a todos estar aquí pasando el rato.

Para que no se me cabreen los que esperaban encontrar un artículo serio (que habrá alguno y será el que deje un comentario) sobre qué es una copia de seguridad o cómo se hace, les dejaré unos consejos, que pueden no seguir si esperan el resultado descrito en los párrafos anteriores. Lo mejor, en cualquier caso, es que busquen en sitios especializados en la materia. Mis consejos, parte de los cuales se los debo a algún antiguo jefe maniático con un hermano experto en seguridad informática:

  • Las copias de seguridad son algo distinto del original que pretendemos conservar: la copia de seguridad de la galería de fotos no puede ser la propia galería de fotos, por mucho que esté en el disco duro de las copias de seguridad.
  • Las copias de seguridad, en la medida de lo posible, en un soporte distinto del original: pretendemos mantener disponible una información por si falla el dispositivo con el que accedemos a ella normalmente.
  • Asegurarse de que la copia de seguridad, efectivamente, es una copia de lo que estamos intentando conservar. Por despiste, error o conjunción estelar podemos haber copiado sólo una parte, realizar una copia defectuosa que no nos servirá en el futuro, copiar algo que no tienen nada que ver con lo que pensábamos que habíamos copiado…
  • Informarse de la capacidad del soporte para mantener la copia de seguridad a largo plazo: resulta que la información que metes en un disco duro, una memoria usb o un dvd no se queda allí para siempre… pero igual eso es demasiado tiempo.
  • Guardar copias en lugares físicamente separados. Esto, que puede parecer de paranoides, es la mejor garantía para recuperar tus datos en caso de que el sitio donde tienes la información sufra un incendio, un saqueo, un terremoto… qué se yo.
  • Pensar si cuando quieras recuperar la información utilizada podrás hacerlo ¿tienes una caja de disquetes en el trastero? ¿algún ordenador con disquetera? tu verás si te compensa. De software, formatos, versiones y actualizaciones mejor no hablamos.
  • Y, especial fricazos, si realmente es importante… ¿cuando lo necesites dispondrás de electricidad para encender el ordenador?

En cuanto a software para copias de seguridad supongo que hay un montón. Hasta la fecha no he necesitado nada más que lo que viene en el sistema operativo: en mi caso un gestor de archivos tan sencillo como Dolphin, para copiar y pegar archivos y carpetas de un sitio a otro, un programa para quemar discos (K3b, por supuesto) y poco más. Para la recuperación de datos me vino muy bien TestDisk, pero no es sencillo de manejar y, a la vista del resultado, me queda mucho por aprender. La galería la estoy reconstruyendo desde sus cenizas a base de metadatos exif, mucha paciencia (resulta que la cámara no siempre llevaba la fecha bien puesta) y digiKam, una maravilla encontrando fotos repetidas y cosas así.

10 respuestas a «Copia de seguridad, es copia de seguridad.»

Pues ya sabes Rubén, copia cuanto antes que en cualquier momento…
Fuera de coña, puede que no te pase nunca, pero es mejor prevenir.

Gracias por tu visita.

Te gano de calle: el 28 de junio me robaron la mochila con el mac… en el día que tambien llevaba mi disco duro de respaldo para dejarle una serie a mi compañera de trabajo. Perdiendo las copias de la Time Machine 🙁 Por suerte, muchas de mis fotos están entre Flickr y Picasa.

Pies sí, Txema, sí que te llevas la partida. Desde luego que lo que cuentas es mala suerte.
Lo que podemos sacar en claro es que todo lo que no se comparte se pierde.

[…] Desde que descubrí el programa Hugin, y le perdí el miedo con una vista de Budapest, muchas han sido las víctimas sobre las que he practicado. Cada viaje era una nueva oportunidad de perpetrar alguna panorámica, desde la ciudad de Xian, al valle del río Dulce en otoño, pasando por el acueducto de Segovia, otros paisajes que todavía no tengo publicados en ninguna parte y otras que no volverán a ser. […]

[…] El caso es que Appinformática anunciaba en su página web un flamante disco duro de tres terabytes a un precio bastante razonable, lo que me animó a acercarme al establecimiento que esta franquicia tiene en mi barrio, bajo la creencia de que allí encontraría el producto. Es más, de camino, en los parabrisas de los coches aparecía anunciado otro disco duro de tres terabytes algo más barato, eso sí, de una marca con la que ya había tenido problemas en el pasado. […]

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