Este año 2011 se inicia con una importante serie de cambios en mi vida personal y profesional, haciendo bueno el tópico de Año Nuevo, vida nueva. Arrastro algunos asuntos pendientes desde 2010, en particular a la espera de sentencia que resuelva mi relación laboral con la empresa a través de la cual desempeñaba mi ocupación anterior. Pero, tras un periodo de reflexión es momento de reconducir mi carrera profesional.
Analizado de cerca, en mi folclórico curriculum vitae existe una constante que se repite en todas las etapas: la docencia. Me gusta programar, elaborar materiales, preparar actividades, impartir clase y evaluar el proceso de enseñanza – aprendizaje. Siempre que he podido compatibilizar mi trabajo con todo ese jaleo lo he hecho: educación ambiental, formación ocupacional y continua, clases en algún que otro máster de gestión ambiental… Incluso he llegado a arriesgar un cómodo e interesante puesto de trabajo por impartir un curso de cuatro meses que me requería a jornada completa. Me gusta ser profesor y la confirmación definitiva la he tenido este pasado mes de diciembre, cuando me he visto, por unas semanas, dando clase de biología y geología en ESO y Bachillerato.
Me queda un largo camino hasta que consiga ser profesor a jornada completa, suponiendo que tal cosa fuese deseable. Por eso, en 2011 pretendo aprovechar el contexto en el que nos movemos para compaginar formación y proyectos de consultoría. Parece que nadie se quiere arriesgar a hacer contratos laborales nuevos, pero el trabajo tiene que salir a delante. Se necesitan profesores para sustituciones, cursos puntuales… Lo mismo ocurre en el ámbito del medio ambiente: comprometerse a pagar un salario fijo todos los meses parece impensable para muchas organizaciones, lo que no quita que ocasionalmente se requieran servicios especializados de personas con una formación y experiencia concretas. Así pues, a diversificar la economía tocan. Poco a poco iré viendo por dónde me va llevando el camino que comienzo a caminar estos días. A levantarme después de cada caída ya he aprendido. Ahora me queda conseguir un mínimo nivel de ingresos que me permita mantener mi modo de vida y mantener una libertad de movimiento suficiente como para dedicarme a aquello en lo que realmente pueda dar mi máximo en cada momento.
Parece que 2011 se ha decidido a bendecir mi proyecto profesional. De la mano del Instituto Superior del Medio Ambiente (ISM), empiezo el año como profesor en el curso de legislación ambiental que comienza en unos días. Sin lugar a dudas una gran oportunidad, surgida del curriculum web 2.0 y la química presencial, para poner en valor la experiencia de años ayudando a distintas organizaciones a dar cumplimiento a los requisitos establecidos en la normativa ambiental. Esta colaboración y la que venía desarrollando con EUDE me permiten seguir buscando proyectos de consultoría para desarrollar por cuenta propia, sin cerrarme las puertas a otras opciones, y seguir enriqueciendo el repertorio de experiencias y anécdotas que transmitir durante las clases.
Mucho ánimo y ¡Feliz Año Nuevo!
2 respuestas a «Año Nuevo, vida nueva.»
Estimado Alberto,
Confío en que la actual colaboración en el curso de Legislación Ambiental sea el punto de partida de muchas otras actuaciones conjuntas y muchas otras oportunidad de reflexionar y debatir sobre el perfil del profesional del medio ambiente.
Un saludo y gracias por las menciones y referencias,
Santiago Molina
Dicen que la mejor recompensa a un trabajo bien hecho es la posibilidad de hacer más trabajo bien hecho… espero no defraudar.
Un abrazo.