A escribir un blog bloguear, como tantas cosas en esta vida, se aprende.
YO he tardado en darme cuenta de lo más evidente: no se puede echar a correr sin antes empezar a andar. En el tiempo que llevo por aquí me he dado cuenta que implusivo tiene dos vertientes: iniciativa e imprudencia. Sigo tropezando torpemente, pero le voy perdiendo el miedo a las caidas en la blogosfera, supongo que en el futuro las cicatrices del periplo por la red serán tan buena excusa para contar batallitas como las tortas con la bicicleta.
No vale lamentarse de las heridas que ya no se pueden evitar. Es una premisa: para aprender hay que equivocarse.
No estamos solos en el camino y ahora tenemos un manual.
Sí, ya he visto que en la portada, en letras negras, pone «en la empresa», pero en la parte superior, más bonito y atractivo, dice “manual de uso”.
El día menos pensado aparecerá por aquí otra reseña. Hoy solo quería agradecer a todos los que han hecho posible una lectura mucho más que interesante y recomendable para cualquier persona que escriba un blog o se plantee hacerlo, especialmente si se trata de un empresario.
5 respuestas a «Aprendiendo a bloguear»
No seas modesto, que ya eres todo un clásico de la blogosfera. ¡Espero que te guste!
Gracias tocayo, seré un clásico, pero algunas veces me entra un complejo de «adolescente» que no puedo con él. El libro me está gustando mucho eso como uno de esos guisos hechos con todo el cariño, merece la pena saborearlo.
Adolescencia, bonita época de descubrimientos, ¿no?
Julen, no se si estoy preparado para dar una respuesta madura a eso.
[…] atender las obligaciones laborales y pasar un rato en familia me puse guapo. Rescaté del cajón mi camiseta de aprendices, cuidadosamente reservada para una ocasión como esta, y noté la sinergia macramental fluyendo por […]